Pocas frases en una buena caligrafía, extendidas a mano en un simple folio a rayas. Así es como inició, hace 65 años, la historia del grupo Syncro System. El 1 de enero de 1953, un jovencísimo Francesco Comunello - no tenía siquiera 20 años - firma con un chico de su ciudad un contrato de alquiler de una habitación situada en el centro de San Zeno di Cassola. Doce mil liras al año era la cantidad acordada para un espacio que habría acogido el inicio de una actividad de mecánico. La bicicleta era su mayor afición, pero no podía permitirse el lujo de comprarse una, y por eso aprendió a fabricarlas. Jugaban a su favor el ingenio y el valor, y así lo decidió, con una visión de futuro que habría dado frutos estupendos: dedicarse a fabricar y a reparar las dos ruedas para los demás.
La historia (brevemente) de 58 años de Francom
El registro oficial de la empresa tuvo lugar siete años más tarde, en 1960, pero aquel contrato fue el primer ladrillo de un edificio que aún hoy no ha terminado de crecer. El verdadero edificio, donde se encontraba la habitación donde trabajaba Luca, fue restructurado y modificado a lo largo de los años, con varias actividades. La empresa de familia se mudó unos metros más allá, a la calle que lleva hasta la plaza de un pequeño centro, en una pequeña nave ampliada más tarde varias veces, la última vez en 1981. La empresa fundada por Francesco Comunello abandonó pronto el sector ciclístico, quedándose en la mecánica, para dedicarse primero a la producción de máquinas agrícolas, y después a cajas de herramientas y portavalores, cajas fuertes y maletines de herramientas. A partir de 1996, la empresa se empezó a dedicar al equipamiento de furgonetas. En 1982 Francesco perdió la vida en un accidente de coche y el timón de la actividad pasó a su hijo primogénito, Luca, y a su madre María. Luca es aún hoy el presidente del grupo Syncro System, del cual Francom es líder y del cual su mujer, Fabiola, y su hermano Adamo son los administradores delegados.
De una habitación a un establecimiento
Los espacios que han alojado físicamente la actividad de Francom a lo largo de su historia representan muy bien el crecimiento de la empresa: de pocos metros cuadrados, iluminados por una simple bombilla del 1953, a los 6500 metros de superficie del establecimiento construido en el 2012, al que pronto se añadirá una nueva ala de 8700 metros útiles. Desde el 2018, todos los departamentos se trasladarán de la "antigua" nave de via San Zeno al establecimiento nuevo de via Portile, también en Cassola.
Francom Spa ha sabido adaptarse a los cambios del panorama económico, a los cambios del mercado y de la tecnología, pero permaneciendo siempre fiel a sus orígenes, y convirtiéndose en una empresa líder en el sector de los equipamientos para furgonetas, que se distingue por la calidad de los productos, la eficacia del servicio al cliente, la seguridad de sus procesos productivos, además de prestar atención al ahorro energético y a la sostenibilidad ambiental.
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